Cuando uno tiene un problema en un tema que desconoce suele recurrir a una persona que posea más conocimientos en esa materia. Si bien muchas veces es complicado conseguir a alguien y saber si esta persona posee los conocimientos necesarios para solventar el problema, muchos suelen conformarse con personas que aparentemente saben más que uno.
En determinadas áreas, como es el caso de la Seguridad existen carreras relacionadas que, en el caso de la Argentina, tienen una antigüedad de más de 30 años sin embargo son pocas las veces que se exige a un profesional en seguridad con título universitario (y muchas veces esto se debe al desconocimiento de estas carreras).
Pero para entender un problema bastante frecuente en seguridad se puede utilizar un ejemplo en el rubro Informático. Es frecuente que las personas, al tener un problema en su computadora llamen a un técnico que en caso de realizar correctamente su trabajo luego de un estudio tratará de encontrar la causa del problema, lo intentará resolver y explicarle al usuario el inconveniente y, como evitarlo. Este sin duda es el camino largo, en tanto que otros, toman un camino corto: ante cualquier inconveniente más o menos complicado, realizar un formateo de la máquina, es decir borrar todo el contenido del disco y reinstalar el sistema operativo y los programas. Esta solución fácil para el técnico y difícil para el usuario, por todos los inconvenientes que genera, es de las más frecuentes y deriva en que el usuario inexperto entienda que ante cualquier problema, el formateo es la solución.
En el caso de la Seguridad pasa algo similar, existen los profesionales que (por sus estudios universitarios) realizan Estudios y Planes de Seguridad, mientras que por otro lado, existen otros trabajadores en seguridad que se dedican a implementar medidas sin ningún tipo de análisis previo.
Esto deriva claramente en el mismo inconveniente, una persona viene con el problema y la solución, solo necesita alguien que la implemente (ejemplo: “me roban, necesito que me instalen cámaras”).
Es de vital importancia un análisis in situ del establecimiento a proteger, del entorno, hablar con los responsables de cada área, recorrer el lugar en distintos horarios, en fin realizar un Estudio y Plan de Seguridad y no solo tomar medidas sino basar sus planes en una fundamentación lógica basada en conocimientos académicos.
No cabe duda que la persona que requiere los servicios en seguridad es la que tomará la decisión final sobre las medidas a adoptar, pero el Profesional en Seguridad se debe cerciorar de otorgar las opciones más adecuadas que considera pertinente relacionadas al bien a proteger y el beneficio que proporciona.
