La seguridad se debe entender como un proceso, es decir que el mismo es continuo y se busca un resultado específico mediante la realización de actividades interrelacionadas. Es erróneo pensar la seguridad como un producto, es decir que tiene un inicio y un final.
Muchas veces se considera que mediante la adquisición, instalación o contratación de soluciones de seguridad ya se resuelve cualquier inconveniente, pero esto es una falla de error de concepto de lo que es la seguridad.
En una organización, el fin último del personal abocado a tareas de seguridad (en sus distintas jerarquías) consiste en la protección de los distintos activos de la organización. Para poder realizar esta protección todos los integrantes de la organización tienen que conocer, comprender e internalizar estos activos. Sigue leyendo